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El ejercicio se vinculó con reducción de 50% en la mortalidad después de ictus

Medscape

En un estudio canadiense grande con sobrevivientes de ictus se observó que aquellos que cumplían con los niveles de actividad física recomendados por las guías tenían una disminución significativa del riesgo de muerte por cualquier causa, con una reducción de más de 50% en el riesgo.[1]

El autor principal del estudio, Dr. Raed A. Joundi, D. Phil., de la University of Calgary, en Alberta, Canadá, comentó que esperaba que los resultados mostraran que el ejercicio es beneficioso, pero les sorprendió la magnitud de la asociación entra la actividad física y el menor riesgo de mortalidad.

El impacto de la actividad física también fue significativamente diferente según la edad. Los menores de 75 tuvieron una reducción de 79% en el riesgo de mortalidad, en comparación con 32% de los que tenían 75 años de edad y mayores. "Esto fue incluso después del ajuste con respecto a factores como cardiopatía, trastornos respiratorios, tabaquismo y otras limitaciones funcionales", añadió el Dr. Joundi.

El estudio fue publicado el 11 de agosto en la versión electrónica de Neurology.

Para este análisis los investigadores utilizaron datos de una cohorte de personas de Canadá (con exclusión de la provincia de Quebec) durante 3 a 9 años. Los 895 pacientes con ictus previo tenían un promedio de 72 años de edad, mientras que los 97.805 del grupo de control tenían una edad promedio de 63 años.

Se evaluaron los promedios semanales de actividad física utilizando la Canadian Community Health Survey, un instrumento autoadministrado que se vinculó con bases de datos administrativos para evaluar la asociación de la actividad física con el riesgo de mortalidad a largo plazo en sobrevivientes de ictus, en comparación con controles.

Se midió la actividad física en equivalentes metabólicos (MET) y el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física mínima se definió como 10 MET-horas/semana.

Durante el periodo de estudio fallecieron más pacientes con ictus que controles (24,7% frente a 5,7%). Sin embargo, los que cumplieron las recomendaciones de la guía para la actividad física de 10 MET-horas/semana tuvieron una mortalidad más baja, tanto los del grupo que sobrevivió al ictus (14,6% frente a 33,2%; hazard ratio ajustado [HRa]: 0,46; IC 95%: 0,29 a 0,73) como los participantes de control (3,6% frente a 7,9%; HRa: 0,69; IC 95%: 0,62 a 0,76).

La máxima reducción absoluta y relativa de la mortalidad fue entre los informantes con ictus que tenían menos de 75 años (10,5% frente a 29%; HRa: 0,21; IC 95%: 0,10 a 0,43), señalaron los investigadores.

Hubo una interacción significativa con la edad para los pacientes con ictus, pero no para el grupo de control.

"La reducción máxima de la mortalidad se observó entre los 0 y 10 MET por semana... de manera que lo principal es que algo es mejor que nada", señaló el Dr. Joundi.
Guía de ejercicio para el futuro

Aunque las guías actuales recomiendan la actividad física en sobrevivientes de ictus, los investigadores observaron que estas se basan principalmente en estudios de la población general. Por consiguiente, el objetivo de esta investigación fue comprender mejor el papel que desempeña la actividad física en la salud de los sobrevivientes de ictus de la población, lo que en última instancia se podría utilizar para planear mejores campañas de salud pública e intervenciones de actividad física.

Dado que este es un estudio grande de sobrevivientes de ictus en la población, el Dr. Joundi espera que los resultados influyan en las guías de actividad futuras para quienes han sufrido un ictus.

"Encontramos una relación lineal logarítmica entre la actividad física y la mortalidad por lo que 10 MET-horas/semana se asociaron con grandes reducciones de mortalidad lográndose el máximo beneficio a las 20 MET-horas/semana. Estos umbrales podrían considerarse para su uso en las guías futuras para ictus", concluyeron los autores.

Se están realizando estudios clínicos que proporcionen datos para la implementación de programas de ejercicio después del ictus y ofrecer programas de actividad física a los sobrevivientes de ictus en la población "es una prioridad creciente en Estados Unidos, Canadá y Europa", añadieron.

"Las personas tienen más riesgo de morir en una etapa temprana después de un ictus, pero también meses y años después, por lo que si podemos identificar una intervención de relativo bajo costo y fácil, como lo es la actividad física, para mejorar la salud y reducir el riesgo de fallecimiento de los sobrevivientes de ictus, sería importante", destacó el Dr. Joundi.
Obstáculos fundamentales

El Dr. Paul George, Ph. D., neurólogo vascular y especializado en ictus de la Stanford University, en California, Estados Unidos, dijo que hallazgos como estos fortalecen más el planteamiento de que la actividad física es importante después del ictus.

"Dado que en el estudio se analizó a pacientes con ictus, puede proporcionar más orientación sobre las recomendaciones de actividad física que proporcionamos a nuestros pacientes después del ictus", indicó el Dr. George, quien no intervino en el estudio.

Asimismo, añadió que en un futuro se necesita más investigación para identificar específicamente qué es lo que impide a los pacientes con ictus hacer más ejercicio. Lo que se requiere es "investigación futura para determinar los obstáculos fundamentales para la actividad física después del ictus y los métodos para reducirlos serán importantes para incrementar la actividad física de sobrevivientes de ictus".

El Dr. Joundi puntualizó que determinar cómo adaptar las recomendaciones de ejercicio para cumplir la amplia variedad de capacidades de los sobrevivientes de ictus será otro factor clave.

"Los sobrevivientes de ictus pueden tener algunas discapacidades, por lo que debemos ser capaces de involucrarlos en un nivel de ejercicio que les sea posible", finalizó.

El estudio no incluyó sobrevivientes de ictus que vivían en residencias de larga estancia para adultos de edad avanzada.

El estudio no tuvo financiación específica. El coautor, Eric E. Smith, maestro en salud pública, refiere regalías recibidas de UpToDate y remuneraciones por consultoría de Alnylam, Biogen y Javelin. El Dr. Joundi y los demás coautores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Palabras clave: ictus, ejercicio

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